lunes, 2 de abril de 2012

Noticia del Diario de Burgos

Cuatro jóvenes infractores lograron un contrato con un plan de la Junta en 2011



El Programa de Lucha contra la Discriminación, que desarrollan en la comunidad la Consejería de Familia y la Fundación Diagrama, atendió el año pasado a 19 jóvenes de entre 17 y 21 años, de los cuales 4 lograron el objetivo de firmar un contrato de trabajo e incorporarse al mercado laboral. En tres casos fue en el sector servicios (comercial, empleada del hogar y vigilante de seguridad) y otro en la construcción (aprendiz de albañil). Todos ellos se incorporaron al programa de inserción durante el cumplimiento de una medida no privativa de libertad.
Ete programa para jóvenes infractores se puso en marcha hace ocho años y está dirigido a mayores de 16 años que estén cumpliendo una medida de internamiento o de régimen abierto, que estén participando en un acuerdo extrajudicial o para quienes estén siguiendo un programa de orientación en las Unidades de Intervención Educativa de Castilla y León. Excepcionalmente, también puede atenderse a adolescentes de 15 años que estén a punto de cumplir los 16 años.
Sea cual sea la medida impuesta a los jóvenes, se trabaja de igual forma con todos ellos. La Fundación Diagrama y personal de la Gerencia de Servicios Sociales prestan a cada uno de los participantes una atención personalizada, que incluye medidas básicas para encontrar un trabajo como la elaboración de un currículo correcto o la inscripción en páginas de búsqueda de empleo, así como formación o la realización de prácticas en empresas. Todo ello hace que el desarrollo del programa sea, en general, un proceso bastante largo en el que los resultados se van viendo muy poco a poco.
Hay que tener en cuenta que muchos de los menores o mayores de edad que acaban en el Programa de Lucha contra la Discriminación tienen una formación más que básica. De hecho, de los 19 que fueron atendidos en la provincia ninguno había terminado la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), uno no tenía estudios de ningún tipo, 16 solo habían terminado la Educación Primaria y otros dos habían cursado un programa de cualificación profesional inicial, un tipo de estudios específico para chicos que no han aprobado 4º de la ESO y que, de esta manera, tienen opción de acabar la Secundaria. Es decir, que, en general, su nivel de formación les abocaría a trabajos muy precarios o a la marginación.
En este sentido, además de las clases de alfabetización, formación en nuevas tecnologías y otras cuestiones propias de la educación básica impartidas al 94% de los participantes, hubo otros cuatro que asistieron a otros cursos: soldador de estructuras, tornero fresador, soldadura al arco eléctrico, informática y peluquería. Todos ellos los organizaron entidades distintas a la Gerencia de Servicios Sociales y a la Fundación Diagrama.

Varones y españoles
Este suele ser el perfil entre los jóvenes dirigidos por una vía u otra al Programa de Lucha contra la Discriminación en la provincia. Concretamente, hubo 13 chicos y 6 chicas o, lo que es lo mismo, un porcentaje del 68% frente al 32%.
Respecto a la nacionalidad, fuentes de la Consejería de Familia destacaron que la mayoría -más del 73%- eran españoles. Así se desmiente la creencia de que los actos vandálicos que terminan conduciendo a un joven a un centro específico o a cumplir una pena en régimen abierto son extranjeros. La realidad es que hay más españoles aunque no necesariamente burgaleses. Hay muchos casos en los que se cumple la sanción impuesta por el Juzgado o el plan de inserción en Burgos, pero se puede haber nacido en otro sitio, del mismo modo que hay menores infractores burgaleses siguiendo su itinerario de inserción en otra provincia.
Por último, los datos relativos al perfil destacan que 14 de los 19 integrantes tenían entre 17 y 18 años, otros cuatro tenían entre 19 y 20 años y solo uno tenía más de 21 años. No hubo nadie de 15 ni 16 años.

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